Preparación:
Lavamos bien las lentejas y las ponemos en una olla, cubrimos de agua hasta unos dos dedos por encima.
Lavamos las carnes y las agregamos sin cortar. Lavamos los pimientos, el tomate, la cebolla y el ajo, pelamos y troceamos la zanahoria no muy fino. Y lo añadimos todo a la olla, más la hoja de laurel, y dos cucharadas de aceite.
Desespumamos las impurezas, incorporamos el comino y cerramos la olla, dejamos cocer media hora a fuego medio.
Sacamos con cuidado, las verduras: tomate, cebolla, pimiento, ajos y zanahoria y lo pasamos todo por el túrmix, luego lo volvemos a añadir a la olla y dejamos cocer 5 minutos más, mientras tanto,
ponemos como tres cucharadas soperas colmadas de aceite de oliva en una sartén, cuando tome calor agregamos el pimentón, apartamos, removemos y volcamos sobre las lentejas junto con la sal.
Mezclamos bien y lo dejamos reposar unos 10 minutos y ya las tenemos listas para disfrutar!!!
Truco: si quieres enriquecer el plato y hacerlo más "completo" puedes añadir cubitos de patatas, al iniciar la cocción de las lentejas.
También puedes añadirles una vez acabadas, arroz blanco (que habrás hervido aparte durante 18/20 minutos.
Propiedades de las lentejas
Todas las lentejas tienen un gran valor nutritivo. Destacan por su aporte en cuanto a hidratos de carbono y proteínas, hierro, zinc, magnesio, sodio, potasio, selenio, calcio y vitaminas, especialmente del complejo B: como la B2, B3, B6, B9 (ácido fólico), vitamina A, vitamina E además de ser una buena fuente de fósforo, manganeso, y ácido fólico, sin perder de vista la fibra, importante para favorecer el tránsito intestinal y evitar estreñimiento. Las proteínas de bajo contenido graso como las lentejas y otras legumbres son muy importantes para nuestro organismo, no solo desde el punto de vista nutricional, sino que unido a su contenido en fibra y potencial saciante, las convierte en una opción de lo más saludable además de asequible.
Además de poder elaborar con ellas sabrosos y tradicionales potajes, las lentejas son perfectas para la elaboración de platos perfectamente saludables y un poco más equilibrados en relación a la costumbre extendida de añadir derivados cárnicos grasos como panceta, chorizo o morcilla.
Existen sutiles diferencias entre las diferentes variedades y formas de cocción. Si bien y en general se pueden cocer sin necesidad de remojo, algunas variedades como la castellana, más grande, lo agradece, aunque no necesitamos un remojo excesivamente largo o de toda la noche.
Cuanto más pequeño es el tamaño, más fácil y rápida su cocción.
Unas lentejas guisadas necesitarán como mínimo unos 40-50 minutos de cocción, algo menos si usamos variedades de cocción más rápida como las verdinas, lanzarote, o las peladas como la roja.
En olla a presión el tiempo se reduce considerablemente, tan solo unos 10-15 minutos.
La principal diferencia frente a la lenteja común viene a la hora de cocinar, las lentejas rojas no necesitan ser remojadas en agua previamente, basta con lavarlas en agua fría y ponerlas a cocer de diez a quince minutos, no más. Dado que carecen de piel u hollejo, este tipo de lenteja tiende a deshacerse fácilmente, por lo que una cocción corta es suficiente. Esta característica hace que las lentejas rojas sean ideales para preparar cremas.